Q VES CUANDO NO VES?

Q VES CUANDO NO VES?

sábado, 9 de marzo de 2013

La ceguera y la iluminacion

 I Believe In You.....


Una tarde corriente,  volviendo a casa luego de un día tibio.
La moto un tanto castigada me pide a gritos un respiro y cada tanto corcovea como un potro.
Venia distraído, metido en mis dudas y en pensamientos profundos acerca de la fe. Como mantenerla a pesar de todo.
Viajar en moto te da eso, tiempo a solas con tu mente. Es como nadar.
Por eso siempre prefiero montarme en la moto aun cuando el calor me ametralle o la lluvia te perfore , mientras manejo me sumerjo profundo en mi mente y a veces en mi alma, y es ahí cuando sorprendentemente encuentro algunas respuestas.
Es sabido que soy  un tipo bastante solitario.
Lo cierto, como contaba, es que me encontraba volviendo a casa algo perturbado.
Había lidiado con un par de “intratables calificados” y la ciudad se me había  caído encima.
Como nunca el asfalto me fastidiaba, al igual que la gente, que en manada suele comportarse grotesca y sumisamente agresiva. Como hormigas que marchan sin sentido.
El día anterior, por la noche mientras paseaba a Lemy había tenido una charla absolutamente reveladora con mi hija mayor a acerca de la fe en el hombre y la fe del hombre.
Dos cosas aprendí esa noche, mi hija esta mucho más adulta del que yo pensaba y yo estoy más viejo de lo que creía, cosa que al fin de cuentas por suerte me dio una cierta sabiduría.
Supongo que ella quería saber por donde anda mi mente. Buscaba una guía entre las preguntas que tempranamente comienza a hacerse.
Reconozco que con ella trato de ser metódicamente instructivo, aunque cuido mucho lo que digo, quiero que haga su camino y que no se deje llevar por nadie, especialmente por mí. No soy el mejor ejemplo.
Aquí les va gratis una anécdota  que escuche por ahí.
Un padre caminaba en un bosque junto a su hijo mayor, casi adolescente y de pronto la oscuridad del bosque los cubrió. El padre preocupado giro su cabeza y le dijo al su hijo. 
 “-Cuida tus pasos que esta muy peligroso".
 El hijo freno un momento y le dijo.
“- No, ten cuidado tu, porque yo sigo los tuyos”
Y de eso se trata.

Siempre me parecieron fascinantes algunos personajes evidentemente avanzados para su época, en especial la figura del Jesús histórico, no del superhéroe que cuentan mezclando riquísimas historias paganas y autoritarismo medieval.
Dos o tres cosas quedaron rebotando en mi mente de aquella noche, en especial aquellas preguntas referidas a la religión.
Le conté aquello que en las escuelas esconden, acerca de aquellos, que iluminados transitaron en el pasado y nos dejaron pequeñas pistas de cómo seguir o de cómo huir mejor.

Nada especial solo pequeños retratos.
Ella aceptó reflexiva cada una de las cosas que le conté y supongo se fue a soñar algo mas  ilustrada, aunque sea mínimamente.
Se fue a dormir tranquila en cambio yo, para variar, casi no dormí.
 Pase la noche entera fumando y tocando algo en la guitarra. Revolver ciertas cuestiones me hace mirar al abismo con frecuencia y como se dice, el abismo comienza a mirarte, cuando lo miras demasiado.
Es que ando con el espíritu deshilachado.
Pero volviendo a esa tarde en la que regresaba a casa tempranamente,

Calle Campana a media cuadra de Jonte.
  
Lo había visto un par de días atrás merodeando como un fantasma, me había parecido conocido.
Hurgaba por la calle vagamente, perdido y extraviado, sin rumbo, aunque siempre feliz, con una sonrisa, vacía de dientes, inexplicable marcada en la cara. Buscaba algo o alguien.
La gente le escapaba como a la lepra.
No parecía ser un tipo peligroso, pero era extraño en su andar y en su mirada.
Parecía tener una extraña y enferma paz enturbiada. La verdad era un ser desconcertante.
Por dos o tres días lo perdí y como el resto de la gente lo olvidé aunque algo me indicaba que volvería a aparecer.
 Hasta que la oportunidad, solita, se presentó.
 Por eso, mismo muñido de la cámara esperé atento.
Paré la moto justo a su lado, y él como conociéndome me saludo con un ademán tranquilo.
Comía unos bocadillos tipo panes viejos sacado de entre los restos, acompañado por un brebaje  de dudoso origen.
Parecía sano pero se lo notaba enfermo de soledad.
Me acerque con sigilo, ya tengo algo de experiencia, y si bien la mayoría de las persona son extremadamente amables y necesitadas de hablar, a algunos le puede molestar esta intrusión en su mundo privado.
No fu el caso, me recibió como a un viejo amigo
 Suele suceder que la típica amabilidad callejera no sea más que un  reflejo desesperado, pero aun así jamás me deja de sorprender. Lo poco que tienen siempre lo convidan y hasta se sienten algo ofendidos y sutilmente despreciados cuando uno lo rechaza.
Era pobre entre los pobres, y loco entre los locos.
 Un tipo afable y simpático, que había vivido desde su nacimiento, hace treinta y tres años, en la calle.
Decía que conocía a su padre aunque no lo había visto nunca, por eso se sentía abandonado por él.
Su madre, una “trola” de baja calidad, lo protegió hasta donde pudo y luego lo lloró cuando lo creyó muerto, cuando en un confuso hecho se incendio el pabellón de reclusos donde se encontraba. Él volvió de entre los muertos pero nunca volvió a su hogar.
Me contó  mil historias locas y disparatadas
.Que había estado en Afganistán y en Irak pregonando paz y que desde allí lo habían echado los talibanes y los norteamericanos y se había venido a refugiar a la Argentina. Que había vagado por Sudamérica aprendiendo por aquí y por allá aprendiendo de todo  de todos, pero que su misión era retornar a casa.
Pasó hambre y sed, entonces se instaló en la puertas de varias iglesias, pero de allí generalmente era echado sistemáticamente al igual que en los templo evangelicos. Fue a varios templos judíos y algunas mezquitas, pero la seguridad siempre le impidió llegar a las puertas. Estuvo en las puertas de edificios gubernamentales, escuelas, Shoppings y todo edifico publico por haber pero no era mas que una planta marchita sin agua,
 No quería pedir, solo quería generar misericordia y piedad en la gente, no lastima, solo quería despertar sentimientos olvidados, enterrados profundos en la humanidad.
 No lo hacia por él, lo hacía por los demás.
Podía tolerar hambre, sed, frío o calor, pero no la indiferencia de la gente. No la indiferencia hacia él, sino hacia la misma gente.
Me contó delirantemente, que le quedaba poco tiempo que sabía que en cualquier momento lo iban a capturar por loco y no iba a resistirse. Se  iba a ir para siempre. No temía por su vida temía, solo lamentaba no haber logrado ayudar a la gente.
Me dijo seriamente.
_“ Lo que no entiendo es como pueden caminar ciegos entre tanta luz, no ven lo que tienen frente a sus ojos. Ni siquiera los niños, que aun conservan algo de  ingenuidad. Todos son autómatas .Todos escapan hacia el precipicio.  
Estaba solo, pero no desesperado,eso si; se notaba la frustración de su alma.
En el único lugar que había encontrado algo de comprensión era en las villas o las estaciones de tren, entre los pobres, pero al igual que en la jungla, cuando la turba enardecida y tonta lo decidía era molido a golpes sin razón aparente. Solo por la competencia por una miseria recompensa.
No podía comprender a los hombres y se la había acabado el tiempo.
Fue un fantasma entre la multitud. Un tiro disparado en soledad.
Todo lo contaba mirándome con una paz, que me molestaba, y una alegría incomprensible.  
Siempre me parecieron misteriosos y sabios los linyeras de la calle, como poseedores de una sabiduría incomprensible para el resto de nosotros, pasajeros de una vida a toda velocidad.
Pero este en especial era distinto. Cubierto de una especie de santidad paradójica.
No se… estaba medio aturdido, quizás. diga estupideces, pero su historia me pareció sobrenatural. Pero como les contaba ando con el espíritu algo deshilachado.

Al rato lo saludé sabiendo que no lo volvería ver…. me abrazo fraternalmente.
Adelante, estacionó un auto costosísimo, invaluable.
El dueño bajo apurado y echó al linyera de mala manera. Él se fue sumiso , resignado y pacifico.
Yo encendí la moto tranquilo, y alcance a leer en la luneta trasera del auto un enorme calco que decía.
“Soy amigo de Jesús, Jesús te ama”
  
 


  
     
  

q ves cuando no ves?


 
    

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